San Benito nació en Nursia, Italia, cerca del año 480. Está considerado como el padre del monacato occidental.
Porque a pesar de que ya existía una tradición monástica (la de los llamados “Padres del Yermo”, o “De La Tebaida”) en otras regiones mediterráneas (especialmente en Siria y Egipto), su Regla (conocida, evidentemente, como la “Regla de San Benito”) se convirtió en el fundamento de la organización comunitaria, litúrgica y cotidiana de muchas órdenes religiosas, empezando, por supuesto, por la propia familia benedictina, que incluye cistercienses y