Regala un Crucifijo, puede ser de bolsillo o colgarlo en el cuello
Mirándole a Él clavado en la Cruz, se tiene valor para todo.
El apóstol San Pablo no ahorra palabras para ponderar la fuerza del Crucificado.
Es Sabiduría de Dios, con la cual venció al demonio astuto, al que venció con la trampa de la Cruz.
Es Fuerza de Dios, con la cual salva a los creyentes.
Es Amor de Dios, porque Jesucristo, entregado por el Padre al mundo, de tal manera nos amó que se entregó por nosotros hasta la muerte, y muerte de Cruz.