“Tomad y bebed todos de Él, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en memoria mía”. Mateo 26,26-29.
Hay una serie de requisitos que hacen que no todos los vinos sean adecuados para oficiar la misa. Según marca el canon 924 del Código de Derecho Canónico, “el vino debe ser natural, del fruto de la vid, y no corrompido. No se puede agregar ningún aditivo ni conservante”.